Esta semana volvimos a cenar a La Cabaña de Sotogrande revalidando el título de lugar con mucho encanto y deliciosa cocina.
Se comenta que este verano, ha sido visita obligada tras los partidos de polo de las copas de oro y plata de Sotogrande.
Como entrantes para tomar entre todos: cremoso y sabroso Paté de Perdiz de la Carolina, dudo mucho que allí esté más bueno. Queso de los Balanchares al horno, con membrillo, en su justa mezcla de salado y dulce con sus avellanas. Muy rico. Ensalada de tomate de su propia huerta, con mozzarella y pesto de albahaca. Muy refrescante y con una mezcla de sabores que invitaba a disfrutar del encanto de su terraza.
En los segundos nos dividimos entre carnes y pescados. Hubo quien disfrutó de un jugoso atun rojo de Barbate a la parrilla en perfecto punto. Otro comensal comentó maravillas del salmón.
Por el lado de la carne, nos repartimos entre el Carpaccio de presa ibérica y parmesano, que por lo visto estaba de miedo, la pluma ibérica al carbón muy tierna y con excelente guarnición de patatas fritas y verduras de la casa. No pude probar el solomillo de ternera retinta de la zona, pero tenía una excelente pinta.
La reina de los postres por unanimidad, volvió a ser la tarta de limón, con una base fresca de galleta y esponjoso merengue.
Dejarte envolver por tan evocadora atmósfera, disfrutar del calorcito de la noche gaditana en la terraza, su tenue iluminación y sentir mas que ver al frente la oscuridad cerrada del bosque de chaparros y acebuches, mientras disfrutas de la agradable compañía de tu grupo de amigos y una exquisita cena, es una experiencia que todo el mundo debería vivir al menos una vez en la vida y que garantizo repetiremos.
Nos consta que también son muy profesionales preparando reuniones, fiestas, grupos, bodas, comuniones y todo tipo de eventos, y están abiertos todo el año.
Gracias a Juan José Borrero y a su fantástico equipo. Por muchos años.